lunes, 17 de agosto de 2009

Padre e hijos (hasta la eternidad)

!Padres e hijos, el programa de los siglos de los siglos, amén¡

Desde su inicio, el dramatizado más antiguo y reconocido de la televisión colombiana, Padres e Hijos, se caracterizó por manejar la realidad de una familia promedio en Colombia, los Franco.

Con el pasar de los años, hemos sido testigos de sus alegrías, tristezas, fracasos, logros y locuras, cada día se hacen más fuertes los lazos de unión entre ellos, llevándolos a superar adversidades gracias al amor y la tolerancia. En cada episodio se plantea una de las tantas problemáticas de la vida en familia, pero lo que en un momento fue agradable e interesante, se torno ridículo, aburridor y fingido.

No podemos ocultar el hecho de que este programa después de tantos años todavía cuenta con un número significativo de televidentes, pero considero que ya catorce años de transmisión son suficientes para reconocer como vive una familia estándar en nuestro país.

No es sólo hecho de que los temas ahí tratados ya están muy trillados y además son sobreactuados, sino el clan de actores que pertenecen a esta serie, cada día son más los personajes que se le suman a esta familia, sus vidas ya no son tan reales, definitivamente ya estamos cansados de ver día tras día la cara de santa de Daniela, al generoso de Carlos Alberto y a la esposa abnegada y trabajadora de Gabriela.

Este dramatizado dejó a un lado su función social, reflejar las problemáticas de familia y ayudarlas a solucionar, para convertirse en un trampolín artístico de jóvenes y nuevos “actores”.

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